Grafología racional
La Grafología racional
Qué es la Grafologia Racional
En 1982, en Madrid el grafólogo Vicente Lledó inició la Grafología Racional, consistente en un sistema de análisis grafológico basado en el estudio del trazo como una unidad de observación en sí misma, limitándose a analizar sus características esenciales a las que denominó Esencias.
Estas esencias son: Velocidad, Presión, Forma, Ritmo, Dirección y Tamaño, detectando en cada trazo las cualidades psicológicas y factores psicopatológicos asociados a ellas, dejando de lado el análisis del estilo de la letra o su simbolismo general.
Si desea ampliar la información sobre la Grafología Racional, le sugerimos ver la conferencia sobre Grafología de Dña. Rebeca LLedó
Enfoque de la Grafologia Racional
El enfoque del estudio grafológico del trazo como unidad, tiene la ventaja de proporcionar una orientación práctica y ejercicios de entrenamiento para la mejora de la psicomotricidad. Asi como la modificación o reeducación de la escritura. La descomposición en trazos individuales, permite un mayor análisis y tratamiento de forma individualizada.
Beneficios de la Grafología Racional
Existen multiples beneficios y aplicaciones en la grafología racional:
- Análisis del caracter
- Mejora del desarrollo emocional y mental
- Ejercicios de reeducación de la escritura
- Aplicación de peritaciones caligraficas
- Aplicación en selección de personal
¿Qué es el modelo escritural?
El modelo escritural es el que favorece el deslizamiento del útil de escritura sobre el papel, de tal manera que se emplee el mínimo de energía en la ejecución de cada uno de los trazos que componen cada letra escrita. Es la forma más natural de escribir.
Evolución
El modelo escritural es una herencia cultural de nuestros antepasados y que ha ido evolucionando según las modas y las costumbres de cada pueblo, de ahí que la diferencia cultural entre pueblos de Occidente y pueblos de Oriente tenga también su reflejo en la escritura.
El modelo escritural responde pues, a una forma de ser cultural, social de cada época y que se ha visto sustancialmente modificado por el útil empleado para escribir. En este sentido, sufre una importantísima transformación con la aparición de la escritura con bolígrafo.
Los primeros modelos de escritura para bolígrafo son de los años 60, y es en esa década cuando se produce este cambio tan esencial que afecta sobre todo a la presión.
El modelo actual caligráfico basado en el bolígrafo ya no señala, como canon, la presión o grosor de bajada, como sucedía antes en las escrituras con pluma que forzosamente el trazo era grueso en la bajada, lo cual libera a los que lo aprenden a presionar según su libre albedrío. Y esto supone un aliciente para los analistas de las escrituras, ya que de esta manera podemos observar con mas facilidad en qué lugares o dirección gráfica sucede la presión realmente.
Tipos y modelos escriturales
En la escritura realizada a mano, tanto si está basada en un modelo cursivo como si está basada en un modelo tipográfico, se observa una combinación de doce trazos en la ejecución de cada letra. Estos doce trazos son de diferente naturaleza en cuanto a la dirección y el sentido que pueden tomar.
El modelo escritural será el que, teniendo en cuenta el principio de claridad en la lectura, favorezca el deslizamiento del útil de escritura sobre el papel, de tal manera que se emplee el mínimo de energía en la ejecución de cada uno de los trazos que componen cada letra escrita, siendo esta la forma más natural de escribir.
En principio hay dos tipos de trazos; Trazo recto y trazo curvo
Como la recta es una línea o lugar geométrico en la que todos sus puntos siguen siempre una misma dirección, podemos decir que, en el caso del trazo recto, subirá, bajará, avanzará o regresará por su propio centro, de este modo ya aparecen las cuatro direcciones principales.
Sin embargo la curva es una línea o lugar geométrico cuyos puntos dependen de otro centro de referencia que está fuera de ella. Este centro puede estar situado para avanzar o para regresar o para subir o bajar dependiendo del trazo de ejecución escritural y de la intención del trazo siguiente. Por lo tanto podrá ser:
Por lo tanto, los doce trazos mencionados son el producto de emplear la recta y la curva en sus diferentes posibilidades, de este modo podemos obtener cualquier signo, letra, dibujo, tipo, modelo, etc.… que sepamos o podamos imaginar, tanto de nuestro propio alfabeto como de cualquier otro.